martes, 9 de septiembre de 2008

Lamiendo heridas

Ahora que no tengo las carnes abiertas de tanto navajazo
utilizo las cicatrices de viejas heridas para lamentarme.
Ahora que no tengo las carnes abiertas
vivo de reyerta en reyerta.
Puede, que hasta más de la cuenta.

lunes, 1 de septiembre de 2008

De vuelta de todo...

Si todavía dudas de mi,
créeme o apagalo.

sábado, 26 de abril de 2008

Miedos...

No le tengo miedo a caminar por oscuros caminos.
No le tengo miedo a la soledad de un frío quirófano.
No le tengo miedo al esfuerzo al que mi rodilla me obliga.
No le tengo miedo a los ruidos que me persiguen en la noche.
No le tengo miedo a la indiferencia que me muestren los demás.
No le tengo miedo a las palabras de desaliento que me dediquen.
No le tengo miedo al dolor por el que me ha hecho pasar la rodilla.
No le tengo miedo a la posibilidad de ser discriminado habitualmente.

Pero le tengo miedo al futuro.
Y en cierto modo, le tengo miedo a todo.

jueves, 17 de abril de 2008

Bucles infinitos...

Tengo heridas sin cicatrizar en la raíz del pladar,
disparos vagos que van navegando en espiral,
abismales cuencas con empacho de oscuridad.

Respiro sin filto parásitos imperceptibles
adictos al ayuno fuera de la masa corporal.
Y huérfanos en si, de todo tipo de caridad.

Y a cada paso, muero un poco más
y muriendo, voy volviendo a empezar.

miércoles, 16 de abril de 2008

Distanciarse...

¿Qué quieren de nosotros?

Quizás, con sus actitudes, busquen que nos dejemos llevar...

Creen que también nos parece mayor la dosis de desahogo
cuando nos dejamos remolcar por la corriente.
Pero no, no nos vamos a dejar llevar injustificadamente.

No vamos a permitir que sus actitudes condicionen
las nuestas. Nadie nos va a coartar.

Quieren que seamos parte del mar, que nos movamos a su ritmo.
Quieren gobernar en nuestras acciones. En nuestras reacciones.

Y no, no somos gotas de lluvia que vertidas al océano
nos convertimos en parte de él. No somos parte del mundo.
Somos el mundo. Nosotros somos el mundo.

Y nada ni nadie condiciona nuestras ideas.
Porqué siempre miramos hacia adelante.
No como el universo, que estudiándolo
sólo se puede predecir el pasado.

Hagan lo que hagan, digan lo que digan.
Tu, actúa como tu siempre lo harías.

¿Sabes lo que quiero decir?

domingo, 13 de abril de 2008

Las balanzas

Llevo días pensando en que podría ser que el único modo
de no volver al pasado, es carecer absolutamente de futuro.

Será que lo lleva innatamente escrito en la piel
como parte de los poros, como escama en el pescado
pero el ser humano tira para atrás cuando las cosas van mal
y cuando van bien, olvida cada error cometido en el pasado.

Y así vamos, reuniendo heridas, sacándole brillo a cicatrizes
regando con asiduidad cada tallo fruto de cualquier vieja afrenta
Siempre y cuando las cosas no vayan por el camino adecuado.

La tristeza y la nostalgia.
La melancolía son hijas de un mismo pozo.
Sustancias nativas de un foso sumido en la intoxicación constante.
Las tres son peligrosamente contagiosas.
Y las tres forman parte del pasado.

No concibo un estado de tristeza que no se ampare en el pasado.
Aunque sea remotamente, siempre lo hace.

El futuro nos invita a la tristeza por cortesía del pasado.
Quizás sin futuro no volveríamos al pasado.
Pero, ¿Concibe alguien la vida sin futuro?

¿Concibe alguien la vida sin tristeza?

Todo son balanzas.

miércoles, 9 de abril de 2008

Ser el mismo...

A veces uno desearía no estar hecho de materia.
Y no me preguntes de qué, porqué no lo sé.
Pero me gustaría no dejar rastro tras de mi
huellas, pasos, o cualquier tipo de vestigio.


No porqué no quiera existir, o pretenda ser olvidado
sucede que el pasado es un imán que aprieta
y tienta a menudo con volver atrás.
Cosa posible si recuerdas el camino
o mientras haya marcas dede el punto de partida.

Quiero mirar adelante,
carecer de puntos de comparación.
No quiero olvidar lo que fui
pero no quiero volver a ser quién fui.
El constante cambio al que estamos sometidos
me sienta bien, no siempre soy el mismo
pero nunca soy otro.
Somos como agua de río.
Aunque la materia de la que estoy hecho
no muestra lo mismo ante vuestros ojos.