No le tengo miedo a caminar por oscuros caminos.
No le tengo miedo a la soledad de un frío quirófano.
No le tengo miedo al esfuerzo al que mi rodilla me obliga.
No le tengo miedo a los ruidos que me persiguen en la noche.
No le tengo miedo a la indiferencia que me muestren los demás.
No le tengo miedo a las palabras de desaliento que me dediquen.
No le tengo miedo al dolor por el que me ha hecho pasar la rodilla.
No le tengo miedo a la posibilidad de ser discriminado habitualmente.
Pero le tengo miedo al futuro.
No le tengo miedo a la soledad de un frío quirófano.
No le tengo miedo al esfuerzo al que mi rodilla me obliga.
No le tengo miedo a los ruidos que me persiguen en la noche.
No le tengo miedo a la indiferencia que me muestren los demás.
No le tengo miedo a las palabras de desaliento que me dediquen.
No le tengo miedo al dolor por el que me ha hecho pasar la rodilla.
No le tengo miedo a la posibilidad de ser discriminado habitualmente.
Pero le tengo miedo al futuro.
Y en cierto modo, le tengo miedo a todo.